jueves, 12 de julio de 2012

Sexo entre Chicas

  
 Esa manía por salir a bailar a boliches gays, no sólo me abrió las puertas a un mundo desconocido, sino que, lo que encontré me gustó.

 Pasé tanto tiempo en una rutina sentimental, que cuando salí de ella, me asombré más de lo que esperaba.
 Ese patrón que uno sigue, de tener que salir siempre con el sexo opuesto, me parece ahora, hasta algo ridículo. 

 Las experiencias que uno se pierde , son impagables y todo a causa del miedo. Ese miedo a lo desconocido, a lo prohibido. Ese miedo al qué dirán, como si fuese tan importante la opinión de los demás.

  Una noche, salimos a bailar con mi amiga, como siempre, a esos antros para gente con gustos sexuales variados. Bailamos, bebimos, y seguimos bailando.

 Mientras bailábamos, me di cuenta, de que al lado mío había una chica. En un primer momento no me percate, pero después de mirarnos un rato y sonreírnos, me di cuenta de que nos "gustábamos" (lo pongo entre comillas, porque obviamente no puede gustarte alguien que no conocés).
 Nos volvimos a mirar, pero yo, me hacía la tarada. Me daba mucha vergüenza la situación. Ella, vamos a llamarla "C", se animó a más.

 Primero, me tomo de la mano, me dio vuelta para que pudiera mirarla, y me sacó a bailar. Yo, seguía riéndome, todavía me daba vergüenza mirarla a los ojos.
 Me hizo algunas preguntas, respondí, le hice algunas preguntas, respondió y, me besó.
 No era la primera vez que besaba a una chica, así que, yo también la besé.

 Nos quedamos el resto de la noche hablando y besándonos, hasta que llegó la hora de partida de "C". La despedí con un beso, pero antes de irse me preguntó que iba a hacer. Le respondí con la verdad, como mi amiga ya se había ido, yo iba a quedarme bailando sola en el boliche. Pero "C" no me quiso dejar sola entonces, la amiga de "C", nos invitó a su casa. Esperamos un rato, y después yo acompañé a "C" hasta la casa.
  Luego de dejarla en la puerta, me volví a casa.

 Hasta ese momento todo iba bárbaro,nos pasamos los números de los celulares nos agregamos a facebook y hablamos.

 El fin de semana siguiente, me invitó al cine y accedí. "C" me caía bien y porqué no salir con ella. 
La pasé a buscar por la casa después del trabajo. Cuando nos vimos, nos pasó la típica de no saber cómo mierda saludarnos pero lo resolvimos, un beso en la mejilla ya era suficiente.
 Fuimos al cine, nos entretuvimos con la película y después salió cena. 

 Charlamos mucho, hablamos de nosotras, nos conocimos un poco más y me invitó a dormir a la casa porque ya era tarde, y yo no tenía como volver a mi casa. Eso de vivir en provincia y tener toda tu vida en capital es realmente complicado.

 Pero lo más complicado era, que sus padres estaban de viaje y nosotras íbamos a estar solas. Eso me puso nerviosa, muy nerviosa. No sabía qué hacer, hasta que decidí relajarme. Me senté en la cama me saque el abrigo y respiré profundo.

 Lidiamos un poco con el tema de, quien duerme acá y quien duerme allá. No ibamos a compartir la cama, no por el momento. Ella apagó la luz, yo me acosté y de pronto, la situación dio un giro repentino.

 Tanto habíamos tardado para decidir quién dormía en x cama, para que termináramos durmiendo en la misma.
 "C" es menor que yo,no, no es menor de edad, solo es menor que yo, pero la tenía tan clara.

 Se levantó de su cama, se acercó a la mía, me acarició la mejilla, me besó la frente y se metió debajo de mis sábanas.
 Mi corazón explotó, sentí una adrenalina que jamás había sentido. Es inexplicable, es muy diferente a estar con un chico. Son dos cosas totalmente distintas.

 "C" siguió besándome, nuestros cuerpos emanaban calor. Ella me quito la ropa y acarició mi cuerpo. No me dejó que yo la tocara (menos mal,ella sabia que era mi primera vez con una chica, y yo no queria pasar papelones).

 "C" me besó el cuello, me tomó de la cadera, me besó fuerte los labios, y sus manos comenzaron a bajar lentamente. Tan lento que parecía eterno. Su mano era suave y ya rozaba mi ropa interior.
 Sentí escalofrios recorrer mi cuerpo, pero me dejé llevar. 
 Su mano pasó por debajo de mi ropa interior, y exploté en orgasmos interminables.

 Fue una noche única, distinta...pero nada más.
 La pasamos bien, volvimos a hablar, pero por suerte ninguna de las dos quedó enganchada  con la otra.
  Y digo por suerte, porque no era mi intención tener una relación con nadie.

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