Sentirse nerviosa todo el día hasta el punto en que ya le sudaban las manos, no ayudaba mucho. Sin embargo, trató de ocultarlo y seguir adelante.
Todo se redujo a un "hola", "cómo estás", "bien vos", "bien". Sacó la entrada de la mochila, se la dio y luego... Silencio... Silencio, silencio.
Caminaron bastante, pero ella no decía nada, sólo lo escuchaba a él. No emitió sonido alguno, porque quería disfrutar al máximo el tiempo juntos. No sabía cuándo volvería a verlo y quería aprovecharlo lo mejor posible.
En lo único que ella pensaba en aquel momento, era si ese encuentro sería el último y eso la mataba por dentro. Verlo por última vez no era lo que ella deseaba, pero era lo que debía ser.
Y cuando pensaba que las cosas iban a mejorar, se da cuenta en que verdad lo necesita. Sin embargo lo calla, jamás se lo diría, porque él ya lo sabe y le dejó las cosas bien en claro. Él no puede darle nada más que lo que ya le dio.
Se despiden. Ella piensa "ojalá no sea este, el último adiós". Ella se va. En el viaje cae a tierra y repasa todo lo que pasaron juntos. Ella tiene ganas de llorar, pero hace un esfuerzo por controlarlo. No debe llorar, no debe. Tiene que ser fuerte, pero no puede. Cuando se duerme, cierra sus ojos cubiertos de lágrimas y deja que el tiempo se lleve todo lo bueno que hay en ella.
" Ella es un caso. Un caso errado, perdido y devastado."
THE END
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