jueves, 12 de julio de 2012

This is Another Girl Meets Boy: Parte5 "The Substitute"

Parecía ser, que de verdad él le gustaba, aunque se sentía algo confundida. O quizás no lo quería reconocer. Sus pensamientos no eran claros y menos sus sentimientos. Optó por silenciarse y seguir adelante, al fin y al cabo, qué más podía hacer.

 Ellos siguieron hablando como de costumbre. Arreglaron verse una vez más. Este encuentro se volvió aún más especial.

 Cuando llegaron a destino (volvieron a ir a un hotel), ella se sentía nerviosa otra vez. No sabía si esta vez se sentía preparada para lo que estaba por suceder. Nuevamente su cuerpo temblaba y no sabía como calmarse. Por dentro, sólo se decía a si misma, "ojalá él no note lo nerviosa que estoy".

 De pronto, el clima fue cambiando, él se quitó la ropa y ella, entre risas bajas también lo hizo. Sus manos tornearon su cintura, ella acarició su cuerpo, se besaron. Él beso su cuello (parecía haber descubierto su punto débil). El corazón de ella se aceleraba cada vez más, parecía estar perdiendo el control. Su cuerpo se estremecía a cada instante. Su mente calló, de pronto solo podía escuchar la respiración fuerte y continua de ambos. Sentía como si fuese su primera vez, pero al contrario de aquella primera vez, esto era perfecto.

 En un momento, la respiración de ella se entrecortó, pero se sentía bien, plena. Estaba algo confundida con respecto a aquello, pero se había dado cuenta que, era la primera vez en su vida que sentía tanto placer.
 Toda la noche fue magnífica, sus nervios cesaron y pronto, todo lo que no entendía, lo entendió en un abrir y cerrar de ojos.

 Retornó a casa feliz, su cuerpo estaba distinto, su corazón latía de prisa, pero ahora tenía motivos. Ella estaba enamorada de él, pero nunca se lo diría. Expresar sus sentimientos no era su fuerte, sabía que iba a ser rechazada y tenía miedo de echarlo todo a perder. No quería arruinar lo que tenían. 
 Él le había dejado bien en claro, que esto sería sólo una amistad y que si se veían era para pasarla bien. No valía poner en juego los sentimientos. Ella muy tonta, no pudo cumplir con aquello.
 Ella muy tonta, se convertía ahora, en la sustituta. 

 Se tendría que haber dado cuenta antes de involucrase sentimentalmente. Él sólo tenía ojos para aquella mujer, que alguna vez fue suya. Él sólo hablaba de aquella mujer, él estaba enamorado de aquella mujer, la amaba y nada ni nadie cambiaría eso. 
 Pero ella, ella se había enamorado de él y lo entendía. Comprendía todo lo que él le contaba. Comprendía sus prioridades y estaba de acuerdo con eso.

 Ella pensaba que estaba haciendo lo correcto. Convertirse en sustituta era lo que el destino le tenía preparado, era algo así como un regalo y no lo iba a desaprovechar.
 Ella estaba demasiado quebrada por dentro como para pretender algo más. Se tenía que conformar con sustituir a alguien, hasta que esas personas volvieran a estar juntas. Porque eso a él lo haría feliz y para ella sólo importaba que él fuese feliz, que se sintiera bien, pleno.

 Sustituta o no, ya nada más importaba, ella estaba enamorada y haría hasta lo imposible para que él fuese feliz.
Si tuviera que apartarse lo haría, con todo el dolor consumiéndola, pero lo haría. Porque nada era suficiente, sólo quedaba esperar que él se lo pidiera y ella lo haría. Cualquier cosa que él le pidiera, ella lo haría. Porque así sería la mejor de las sustitutas.

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